viernes, 15 de noviembre de 2013

Scrubs, Dr.Cox y el amor.

Las relaciones sentimentales no funcionan como en la tele o en el cine. ¿Lo harán? ¿No lo harán? Pero al final son muy felices y comen perdices.
9 de cada 10 parejas no funcionan porque de entrada no encajaban y la mitad de las que se casan se separan, pero le aseguro que a pesar de todo no me he convertido en un cínico. Sí, para mi el amor sirve sobre todo para vender bombones rellenos de licor entiende, o un pollo en algunas culturas. Pero sigo creyendo en el amor. Soy un idiota, pero no me importa. Porque creo que hay parejas donde están hechos el uno para el otro porque se enfrentan a la misma mierda, la diferencia es que no dejan que eso les afecte. Una de esas dos personas luchará para conservar esa relación siempre que sea preciso y realmente serán muy afortunados. Uno de los dos dirá algo.
- Dr.Cox

Hace un par de días decidí retomar “Scrubs”. Hoy viendo el capítulo 1×15, me sorprendió mucho una respuesta que da el grandioso Dr.Cox cuando le preguntan qué opina sobre el amor. Sé que somos muchos los que pensamos que los finales de película no existen, que son una manera de hacernos creer (y sobre todo comprar), algo que no es fácil de conseguir, y que muchos no llegan a vivir. Los cuentos de Disney, dónde la princesa encuentra a su alma gemela en 3 días. Los libros dónde tu amor aparece en tu niñez, sigue en tu adolescencia y se queda contigo en tu juventud y para siempre. Series dónde ese amor aparece en el primer capítulo, y al final de la temporada estás con él.
La realidad es que el amor es el sentimiento más fuerte que podemos profesar. Cuando lo tienes y lo sientes hacia otra persona, no hay nada mejor. NADA. Estás en una nube, flotando en alguna parte de “ese” paraíso, y es imposible hacerte apoyar los pies en la tierra, si es que hay. ¿Para qué ibas a “poner los pies en la tierra”?
Sueñas. Sientes. Esa persona está ahí, y piensas que nada puede ir mal. El Destino te la trajo y no piensas devolvérsela. Ahora es tuya, y tú de él. Todo es perfecto, las películas no mienten. Los libros tampoco. Esa persona es PERFECTA. Hay tantas cosas en común que piensas que es esa “alma gemela”, “media naranja”, en fin, la pieza que encaja contigo.
Pero entonces, un día cualquiera, todo empieza a ir mal. Aparecen las peleas y con ellas, de la mano, viene “eso” que creías nunca más ibas a volver a sentir: el dolor.
¿Dirás algo? ¿Lucharás? ¿Sí? ¿No?
Muchas veces me he preguntado qué es lo que suele fallar en las relaciones. Pienso que debería de hacer una lista con esos factores y llegar a diferentes conclusiones, las cuales me puedan ser de ayuda en un futuro. Sin embargo, cuando me pongo a pensar, me doy cuenta de que sería una enorme e interminable lista y que hay tantas circunstancias y factores, a veces tan personales, que no tendría sentido perder el tiempo haciéndola.
Cuando una relación falla, tanto sea amorosa, como de amistad o de sangre (familia), después de llorar y calmarte, con el tiempo te preguntas qué hiciste mal. Al menos yo lo hago. No desearía volver a cometer el mismo error.
Te preguntas muchas cosas: ¿Fue mi carácter? ¿Mi actitud? ¿La distancia? ¿Los estudios? ¿El trabajo? ¿Mi familia? ¿Mis amigos? ¿No le presté la atención que necesitaba? ¿Le fallé? ¿Decepción? ¿Desconfianza?
Podría seguir. Y seguiría. Y cuando creyese que he terminado, alguien diría “Te sigue faltando…eso…esto…lo otro”
Y tienes ganas de gritar “¡A LA MIERDA!” y deseas jurar que nunca más piensas volver a enamorarte, y entonces decides que vas a coger tu corazón, lo meterás en un cofre, lo cerrarás con llave y lo enterrarás muy profundo, en alguna parte de tu ser de tan difícil acceso que el día que decidas ir a buscarlo de verdad te cueste tu alma más i.v.a.
Yo pensaba así. Que después de una ruptura, de un adiós, nunca más quería pasar por algo así. Es normal, a nadie le gusta que le hagan daño, es un mecanismo de defensa. Si un día estás cocinando y te quemas, dependiendo de las heridas, empiezas a cocinar de nuevo, tardas un tiempo, vas con precaución de no volver a quemarte. O eres idiota y decides no volver a cocinar en tu vida.
Admiro al Dr.Cox. Yo soy estúpida y sigo creyendo en el amor, aunque la mayoría de la gente se empeñe en hacerlo algo comercial, superficial y, más que nada, hacértelo ver como solo sexo.
Pienso que, todo lo que deseas en esta vida te cuesta muchísimo conseguirlo. Tiene sentido que arriesgues cosas por aquello que realmente lo vale.  Creo que el amor es una de ellas. Yo estoy dispuesta a pagar. 

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